Cada ciudad tiene su ángel, su encanto, su vida y sus historias por descubrir…, y Santiago de Cuba es urbe bendecida de detalles que no dejan de asombrar hasta al más rellollo de sus hijos.

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En las calles santiagueras, con sus lomas y sinuosidades únicas en Cuba, no sólo transcurre gran parte de la vida de los hijos dilectos de la tierra caliente, sino que conserva, como museo vivo, una buena parte de las curiosidades de la antigua villa colonial.

Santiago de Cuba en sus calles tiene algo especial: en el siglo XIX y comienzos del XX sus nombres eran dedicados a las figuras del santoral. Luego de 1902, de instaurada la República, los nombres se sustituyen por lo de los mártires de las guerras. Por eso la calle Santo Tomás es Estrada Palma, San Basilio es Bartolomé Masó, San Pedro es Lacret…

calle enramadas de santiago de cuba
ARCHIVO. Calle Enramadas, Santiago de Cuba. Foto J. Loo Vázquez

A pesar del paso del tiempo los ciudadanos siguen recordando los nombres primigenios, a excepción de dos vías principales que son Catedral, hoy José María Heredia, y Hospital, actual Padre Pico.

Otra importante curiosidad de la ciudad y sus calles es que la urbe estaba dividida en cuatro áreas para la localización de las personas en sus moradas.

Desde la calle Santo Tomás hasta la Plaza de Marte se le decía «alta», y desde esa misma arteria pero hacia la Alameda se le denominaba «baja». Desde Enramadas hacia el Paseo Martí era «baja» y desde esta misma vía pero hasta la Trocha era «alta».

Antiguo documento del Archivo Histórico Provincial donde se recogen las viejas direcciones de las casas de Santiago de Cuba.

Las personas que de cualquier ciudad de Cuba y el mundo mantenían correspondencia con un santiaguero, tenían que aclarar la dirección y si era «alta» o «baja».

Incluso en los libros de Fincas Urbanas, y de Industria y Comercio (estos últimos que eran como guías de la ciudad), que se encuentran en el Archivo Histórico Provincial de Santiago de Cuba, aparecen las «altas» y «bajas» para que el desconocedor de la villa no sufriera con tan singular denominación.

Numeración antigua y actual coexisten en esta fachada de una casa de Santiago de Cuba.

La numeración de las casas eran los pares hacia la derecha y los nones a la izquierda, tomando las calles Enramadas y Santo Tomás como punto de partida. Ese detalle ayudaría a cualquier persona a no perder en la urbe, y sobre todo a los carteros a la hora de entregar la correspondencia.

Esta numeración se sustituye en los años 40 del siglo XX, durante el gobierno del Alcalde Municipal Luis Casero Guillén.

Los santiagueros desconocen hoy este sistema complicado de numeración, que muchos consideran debería formar parte del patrimonio local.

En la actualidad, el desconocimiento ha hecho que los conciudadanos no conservan esta numeración antigua en las fachadas de sus viviendas, pequeñas piezas hechas de mármol, madera, metal y otros materiales.

La dinámica de reconstrucción de las viviendas en el siglo XX, sobre todo después de 1959, y con el crecimiento demográfico de la población, ha traído como consecuencia que se borre para siempre este sistema identitario de las casas.

Espero que este pequeño acercamiento motive a las personas que habitan en la ciudad de Santiago de Cuba, sobre todo en el centro histórico, que se encuentran con su ciudad, con sus calles y con sus casas, a través de sus números identificativos añejos.

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