Faltan alrededor de tres meses para que se cumpla un año del terremoto de mayor magnitud registrado por el Servicio Sismológico Nacional de Cuba, sin embargo desde ese día, el 28 de enero del 2020, los científicos del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais), no han dejado de estudiar este evento, el cual podría ser un catalizador de un terremoto fuerte en el futuro.

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El Dr.C Enrique Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico, informó que aún se analiza este terremoto, el cual se considera el más importante que se ha registrado en la historia de la sismología para Cuba, porque fue de magnitud 7.7, no existiendo precedentes anteriormente por la parte instrumental en magnitud.

Se localizó al suroeste de Cuba, en un sector de fallas que no es el sector de mayor peligro del archipiélago, y fue entre Cabo Cruz e Isla Caimán.

Según detalló Arango “este fenómeno fue interesante porque todavía está teniendo réplicas, como es lógico; sin embargo  hubo un tramo cercano a la ruptura del epicentro que no tuvo, situación que es para los sismólogos muy importante, porque se trata de una zona de fallas que ha manifestado un gap sísmico, es decir una ausencia de terremotos en un periodo largo y eso nos puede permitir estudiar la zona de falla que tenemos más cerca y establecer una analogía del comportamiento para saber si es posible que tengamos un terremoto fuerte en los próximos días, meses o años”.

¿Entonces puede este terremoto disparar uno fuerte en Cuba  o  estaremos ante la presencia de una nueva actividad sísmica?

Para el Dr.C Arango esto todavía se estudia, porque aún y cuando no puede predecirse el momento exacto de este suceso el comportamiento de las fallas más la historia cíclica de los sismos dan muestras de que eso podría suceder.

“Desde enero hasta septiembre de este año se han registrado en el territorio nacional y sus alrededores unos 4 700 sismos de diferentes magnitudes, cifra que supera considerablemente los anteriores (2017, 2018 y 2019), y aún no ha terminado el año, expresó.

“Por eso estamos haciendo este análisis  para ver si ha comenzado un ciclo sísmico de actividad en Cuba importante, aunque hay que recordar que la actividad no es por año, sino por ciclos de periodos que abarcan varios años, no es como la meteorología que cada año tiene su temporada ciclónica, sin embargo el clima se comporta de una manera y la sismicidad es por período de acumulación y liberación de energía y en eso se basa el estudio para conocer si ya iniciamos un período de liberación que ha sido acumulada durante años, puntualizó.

“Para esto nos ayuda el registro sismológico de las estaciones y el registro en GPS (Sistema de Posicionamiento Global), por eso presentamos en nuestra investigación varias aristas como el deslizamiento de los puntos GPS, la energía que se liberó en ese punto y el vector de desplazamiento.

“Cabe destacar como interesante, que los puntos que estaban cerca del terremoto se deslizaron casi varios metros y en Cuba se movieron muchos como los puntos permanentes de GPS que están en Bayamo, Las Tunas, La Habana e Isla de la juventud, en los cuales se monitorean de manera permanente el desplazamiento de la corteza” concluyó el experto cubano.

Por tanto dicen que “guerra avisada no mata soldado”, y no es precisamente este trabajo para alarmar a nadie, lo que se busca es crear una cultura sísmica en el territorio nacional en vista del peligro sísmico a que está sometida la nación, fundamentalmente la ciudad de Santiago de Cuba, para que los pobladores estén bien preparados ante la ocurrencia de un terremoto fuerte. De cómo reaccionemos ante estos eventos naturales, podríamos salvar nuestras vidas.

Tomado del Sierra Maestra

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