Por tantos años me llamo la atención la celebración este dia 25 de Julio de las Fiestas Patronales de muchos pueblos de América que al igual que Santiago de Cuba/Cuba fueron fundados por Caballeros de la misma orden religiosa, ”La orden de Santiago”, orden religiosa-militar a la que perteneció el conquistador y fundador de la ciudad caribeña Diego Velázquez de Cuéllar, a diferencia la celebración en Cuba quedó reducida producto fundamentalde las discrepancias entre Criollos y Españoles que con el transcurso del tiempo hicieron que el patronato y creencia en “Santiago el guerrero, el del blanco corcel y arma en ristre para el combate por la cristiandad”, el Santo Patrón de la Metrópolis Española, se convertiera por un lado en símbolo de sumisión colonial y por el otro en un personaje del jolgorio popular y por muchos esfuerzos realizados a través de los siglos por mantenerlo, el Patronato de la Virgen de la Caridad del Cobre prevaleció a partir del 10 de mayo de 1916, cuando el papa Benedicto XV declara a la Virgen patrona de Cuba y Posteriormente el papa Pío XI autorizó la coronación canónica de la sagrada imagen. Es en la mañana del 20 de diciembre de 1936, cuando se realizó la coronación por el entonces obispo de Santiago de Cuba, Monseñor Valentín Zubizarreta.
Una de las primeras razones que originó la pérdida del Patronato de Santiago Apóstol en Cuba fue la imposición con la colonización del “Santiago Apostol Guerrero, el del Blanco Corcel y arma en mano”, Santiago Matamoros, orden que rigió los ideales de la conquista de America y a la que pertenecían los colonizadores del nuevo Mundo.
Pongamos en contexto el origen, esencia y representación gráfica de la orden.
“La Orden de Santiago” es una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el reino de León. Debe su nombre al patrón de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y expulsar a los musulmanes de la península ibérica.
La Orden tuvo su origen en la ciudad de Cáceres a partir de la anterior Orden de los Fratres de Cáceres. El obispo de Santiago de Compostela fomentó esta conversión a cambio de que dicha Orden, en su avance reconquistador hacia el sur, no reclamase la devolución del arzobispado a Mérida, donde había estado hasta que la invasión de los musulmanes recomendó su traslado al norte, a Santiago de Compostela. Entre 1157 y 1230, la dinastía real se dividió en dos ramas opuestas, por lo que la rivalidad tiende a oscurecer los inicios de la Orden. Aunque Santiago de Compostela, en Galicia, es el centro de la devoción a este apóstol, no es ni la cuna ni la principal sede de la Orden.
“La primera fundación de La Orden de Santiago”, fue militar, cuando en el año 1170 el rey Fernando II de León y el obispo de Salamanca, Pedro Suárez de Deba, encargaron a un grupo de trece caballeros, conocidos como Los Fratres o Caballeros de Cáceres, la defensa de la ciudad de Cáceres que tuvieron que abandonar al ser conquistada por los musulmanes.
Según relata la bula fundacional, estos caballeros, arrepentidos de la vida licenciosa que hasta entonces habían llevado, se habían unido previamente bajo unos mismos estatutos y decidieron formar una congregación para defender a los peregrinos que visitaban el sepulcro de Santiago Apóstol en Galicia y para guardar las fronteras de Extremadura.
La insignia de la Orden es una cruz gules simulando una espada, con forma de flor de lis en la empuñadura y en los brazos. Los caballeros portaban la cruz estampada en el estandarte y capa blanca. La cruz del estandarte tenía una venera en el centro y otra al final de cada uno de los brazos. Se dice que su forma tiene origen en la época de las cruzadas, cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con la parte inferior afilada para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones diarias.



«Santiago el guerrero, el del blanco corcel y arma en ristre para el combate por la cristiandad”. Representación de Santiago el Mayor como Santiago Matamoros.
“La segunda fundación de La Orden de Santiago” fue religiosa, hay que atribuírsela al rey Alfonso VIII de Castilla, con la aprobación del papa Alejandro III mediante una bula otorgada el 5 de julio de 1175 en Ferentino, cerca de Roma, con el fin de que fueran criados en temor a Dios.
En dicha bula aprobó sus constituciones y la hizo exenta de la jurisdicción de los frailes ordinarios o comunes, cuya gracia ratificaron más adelante los papas Lucio III, Urbano III e Inocencio III por diferentes bulas que arreglaron igualmente el estado de los caballeros y el de los religiosos. A partir de este momento se les conoció con el nombre de Caballeros de Santiago. Como efecto de este doble acto fundacional religioso y militar la institución real y aprobación pontificia de la Orden quedó constituida, como una Militia Christi, con vocación tanto religiosa como militar, cuya misión era el: «servicio de Dios, el ensalzamiento y defensa de la Christiana religion, y Fe catholica y la defensa de la Republica Christiana».
El nombre definitivo de la Orden tiene su fundamento en la devoción que durante los siglos medievales se tuvo en España al Apóstol Santiago el Mayor, el peregrino uno de los 12 apóstoles discípulo del Señor, es el más conocido y querido de todos los santos, fue el primer apóstol martirizado.Murió a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén entre los años 41 y 44 de nuestra era. Santiago forma parte del grupo inicial de la Iglesia Primitiva de Jerusalén. Es conocido como el Apóstol de la Paz y patrono de España y de su caballería. Él y su hermano, recibieron de Cristo el nombre «Boanerges», significando hijos del trueno, por su impetuosidad.
Jesús llamó a los dos hermanos cuando estaban en la barca arreglando las redes, y éstos, dejando a su padre Zebedeo en la barca, se fueron con él. Desde entonces estuvieron siempre con Jesús. Discípulo predilecto de éste, fue testigo de su vida terrena y de su divina humanidad.
Es esta la diferencia entre el “Santiago Apóstol Guerrero montado en su blanco corcel y arma en ristre para el combate por la cristiandad”, figura del Apostol impuesta a la Isla de Cuba Colonizada y el “Santiago Apóstol Peregrino y discípulo de Jesús, el Apóstol de la Paz”, que celebramos hoy en nuestra Iglesia Catedral “Nuestra Señora de la Asuncion”, donde se basa principalmente el abandono por parte de los criollos cubanos de su adoración, procesión y Patronato, no así y cabe aclarar, la devoción que La iglesia católica Cubana ha mantenido hasta nuestros días del culto al Apostol Santiago el Mayor, el peregrino y discípulo de Jesús.






La Orden de Santiago, junto con las de Calatrava, Alcántara y Montesa, fue reinstaurada como una Asociación civil en el reinado de Juan Carlos I con el carácter de organización nobiliaria honorífica y religiosa, y como tal permanece desde finales del siglo XX.

Las razones que provocaron la Pérdida del Patronato, no los relata explícitamente la historiadora,ensayista y profesora Universitaria Olga Portuondo Suñiga.
[…] Cuando Diego Velázquez llegó a la bahía protegida del sudeste de la isla Fernandina para radicar allí una villa, que además fungiera como capital de su tenencia de gobierno, parece que ya su puerto se reconocía con el nombre de Santiago, lo cierto es, que así también denominaría en 1515 al núcleo de población que Velázquez fundó, inspirado en la orden de este nombre a la que pertenecía su Majestad católica Fernando I, también por la popularidad que el patrono español Santiago Apóstol adquiriría durante la larga y dura empresa de la Reconquista.
El propio Diego Velázquez, había sido bautizado con una de las maneras de designarlo y sentía especial devoción por el santo, tal y como haría saber en su testamento.
Santiago Matamoros fue la representación religiosa preferida de los primeros ocupantes del Nuevo Mundo, porque la conquista de América, para los ojos de los castellanos, era la continuación de aquella otra lucha contra los herejes de la península.
“Santiago el guerrero, el del blanco corcel y arma en ristre para el combate por la cristiandad.”
Esta imagen de Santiago el guerrero, deja su impronta a inicios de la conquista de Cuba, y la mejor manera de corroborarlo es la existencia de los primeros escudos de armas concedidos por la corona a la Isla y a la ciudad capital de Santiago de Cuba.
Justamente, ellos también expresan la otra cara de la presencia hispana en el Nuevo Mundo, el carácter fundacional y colonizador asumidos por el apóstol Santiago, la huella primigenia de la cultura peninsular.






Santiago Apóstol fue también patrono del pueblo erigido en la inmediatez del Cerro de Cardenillo y que tuvo por nombre Santiago del Prado. Allí se levantó una modesta parroquia en 1599 convertida en núcleo fundacional para la explotación del cobre.
Varias veces sería reconstruida por los esclavos. El castellano Francisco Sánchez de Moya, administrador de las minas en nombre de la corona, colocó en el altar mayor una imagen de Santiago Apóstol cuyas características nos permite conocer el inventario que realizara el administrador saliente en 1620, al hacer entrega del Real de Minas al asentista Juan de Eguiluz:
…..y en el dicho altar una imagen de bulto de Santiago El mayor advocación de esta Santa Iglesia que dice trajo de españa con intento de colocarla en la Santa iglesia que hiciese con su capa de terciopelo a fallistada con sombrero de plata con el articulo
de fe que compuso en la casa de el…..
El inventario incluye «un portapas de plata que tiene un Santiago a Caballo» y la imagen del altar mayor parece haberse conservado en la misma parroquia hasta los inicios del siglo XX, según relaciones guardadas en los archivos del arzobispado Santiaguero.





A pesar de lo dicho anteriormente, la devoción a Santiago Apóstol no cobró fuerza en el poblado mestizo de Santiago del Prado (poblado del Cobre), en cambio sí calorizó el culto Mariano a la virgen de la Caridad del Cobre entre indios, negros y blancos al punto de instalarse su imagen en la Ermita del cerro desde donde ganaría prestigio entre los cobreros hasta convertirse en su Patrona.
La virgen de la Caridad del Cobre según recuentos de la época, apareció en 1612 o principios de 1613 de abril, en la Bahía de Nipe, la mayor de Cuba, situada en la costa norte de la región oriental de la isla.
Fue avistada por tres esclavos: un muchacho negro de 10 años (Juan Moreno) y dos hermanos de pura sangre india (Juan y Rodrigo de Hoyos), que trabajaban como esclavos en las minas de cobre de la región. El trío ha quedado bautizado en la imaginería cubana como «Los tres Juanes».
Representación de los tres Juanes al descubrir a la Virgen del Cobre Lugar donde Los Tres Juanes encontraron a la Virgen.
Desde entonces culto y santuario devinieron expresión de identidad criolla, proyectada más allá de sus fronteras, con el devenir de los siglos se convertiría en patrona de todos los cubanos. La aparición mítica de la imagen de varillas de la Caridad sobre las aguas de la bahía de Nipe, quedó arraigada a la gestación de la cultura popular criolla de sus devotos.
Entre las muchas leyendas tejidas en torno al culto de la Virgen Cobrera de la Caridad se halla aquella que involucra a su segundo ermitaño Melchor de los Remedios. Su sucesor, el presbítero Julián Joseph Bravo le atribuyó la capacidad de profetizar.
La población de Santiago de Cuba quedó aterrorizada y sin querer regresar a sus casas después del ataque de filibusteros ingleses en 1662, comandados por Cristopher Myngs, Inspirado por la advocación mariana de la Caridad, el ermitaño infundió confianza en los Santiagueros al declarar ante el propio obispo: «no tema que la Ciudad de Cuba sólo resta ser tomada de Cuervos, y será muy amenazada del enemigo, pero no mas tomada».
Así tuvieron garantías para volver a sus hogares. Con este y otros muchos ejemplos, es posible demostrar la devoción ferviente de la comunidad criolla Santiaguera por la advocación mariana de la Caridad casi desde los mismos comienzos de su culto, más que por el Santo Patrón Santiago Apóstol.





Barajagua,el primer lugar donde se llevó y veneró a la Virgen de la Caridad.
La lucha por tratar de mantener el Patronato en el culto católico seguía y en los comienzos del siglo XVII, el Cabildo eclesiástico de Santiago trató de fomentar el culto hacia el Santo Ecce Homo.
Durante todo el siglo XVII se difundieron numerosos milagros y leyendas. Entre éstas, se cuenta la historia del desembarco en 1678 de corsarios franceses en las arenas de la playa de Juraguá con el propósito de ocupar a Santiago de Cuba y la acción del loco Juan Perdomo quien, sirvióles de guía y gritó ¡Santiago, España!, para provocar la confusión de los agresores que lucharon entre sí, lo que salvó a la ciudad de ser ocupada. Considerado como un hecho milagroso, gracias a la intervención del Ecce Homo, creció su fama de benevolente protector cuando ya en 1652 había motivado la colocación de un cuadro del Cristo Señor Nuestro a la Columna (Ecce Homo), traído desde Cartagena de Indias y obra de un artista llamado Francisco Antonio, en la puerta del sagrario del altar mayor de la Catedral.
Ganó tal popularidad que su fiesta, el último miércoles del mes de agosto, fue organizada por ambos Cabildos durante más de un siglo.
Y es que Santiago Apóstol, con toda la carga del conquistador hispano, sufría el progresivo distanciamiento de los criollos, a pesar de esto hubo una gran lucha por rescatar el espíritu fundacional del Santo Patrón Santiago Apóstol.
Las discrepancias entre Criollos y Españoles continuaron y con el transcurso del tiempo la figura y creencia en Santiago Apóstol se convertiría en un binomio de sumisión colonial y jolgorio popular.
La fiesta del patrono de la ciudad se conmemoraba cada 25 de julio, parece que desde sus propios comienzos, auspiciada por el Cabildo secular. De manera que, la ceremonia oficial tenía su punto climático en la procesión iniciada la víspera en horas de la tarde y al frente de la cual marchaba una imagen de Santiago apóstol junto al Pendón de Castilla portado por el alférez real y detrás todas las autoridades civiles. Salía del Ayuntamiento y se dirigía hasta la catedral donde era recibida por una representación del Cabildo eclesiástico. Luego de la ceremonia religiosa, la imagen permanecía en el templo hasta el día siguiente en que regresaba al Ayuntamiento en horas de la tarde noche del 25 de julio.
Se adornaba e iluminaban las casas del vecindario. Mientras se hallaba expuesta en la Iglesia mayor, todos los citadinos iniciaban la diversión de los mamarrachos con comparsas donde se combinaba el baile y la música popular. Así se fueron creando en torno al patrono, imperceptiblemente, dos tradiciones, una oficial, que cada año propiciaba la demostración de fidelidad de la ciudad a su metrópoli Española y la otra popular que alegremente manifestaba el orgullo de ser criollo Santiaguero del Caribe.
En el último cuarto del siglo XVIII, las actas del cabildo secular se referirán a las dificultades financieras por las que atravesaba la ciudad, razón principal esgrimida por los antiguos contribuyentes de las profesiones de escribanos, procuradores, alguaciles u otros maestros para eludir sus responsabilidades en el pago de la iluminación de las fiestas durante las noches de vísperas y del día del patrono, las fiestas de devoción al Santo Patrono perdieron su lucidez.
De una u otra manera, el culto al patrono no echó las raíces necesarias ni creó la simpatía suficiente para formar la devoción religiosa popular, aunque el 25 de julio la ciudad celebraba con júbilo la identidad con su patrono.
Con el curso de los siglos hubo muchas personalidades que ayudaron a que el Culto al Santo Patron de la ciudad Santiago Apóstol recuperará su lugar entre los criollos Santiagueros, se intentó mostrar al Apóstol Santiago no como el guerrero ecuestre sino como el pelegrino.
Santiago Hechavarría y Elguezúa estaba comprometido con su tradición mediante bautizo, aquel niño Nacido en el 1725 siglo XVIII, que estudiara en el Seminario de San Basilio el Magno de Santiago de Cuba y más tarde en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, se convertiría en el primer obispo nacido en la isla de Cuba que ejercería en su propia tierra.
El día 8 de julio la procesión de notables se dirigió a lo último de la ciudad donde todo estaba ya preparado, la procesión comenzó la carrera cantando, mientras en Santo Tomás el obispo vestía los pontificales ayudado por el chantre y el tesorero que sirvieron como diáconos. Marchaba el deán cantando, a cuatro pasos de Su Ilustrísima, hasta la puerta del perdón y en este punto se bendijo a los presentes, luego continuaron su recorrido hasta el altar mayor de la catedral para celebrar Te Deum. Durante la ceremonia el Obispo Santiaguero comenzaría a rescatar La figura del Santiago Apóstol, que no era el guerrero ecuestre sino el peregrino, el que encarnaba la cultura hispana vista desde su condición de patricio, para lo cual recomendó evangelizar a los negros, no fomentar disputas eclesiásticas en el púlpito, luchar contra el vicio del contrabando.





A mediados del siglo XVIII obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, quien fuera deán de la catedral durante muchos años, ofrece una descripción bastante detallada de la catedral en 1756.
Durante su estancia ejecutó en ella numerosas acciones constructivas, como la de su altar mayor donde destacó la figura de Santiago Apóstol como Patron de la Ciudad. En el segundo cuerpo de dicho altar, se situaría un Santiago peregrino, imagen que Morell donó y envió a la sede de su obispado poco después según cuenta esta declaración:
«En el segundo se ha de situar la de Santiago Patrón de la Ciudad, en traje de Peregrino. Actualmente la están dando colores, y estofando en esta para remitirla en primera ocasión a aquella. Su importe que son ciento y cinquenta pesos de mi quenta”.
En 1851, Antonio María Claret se hizo cargo de la mitra santiaguera, el recién estrenado arzobispo pudo traer, entre otras donaciones algunas imágenes del patrón de España. Es sabido que su misión dentro del territorio de archidiócesis fue ordenar, adecentar la Iglesia. Venía también con el propósito de respaldar la autoridad metropolitana acorde con el cierre de filas del gobierno de la metrópli y para cumplir las obligaciones del Real Patronato. No había hecho más que llegar y encargó a los empresarios italianos José Antonetti y Angel Galerino naturales de Domodosa la confección de un altar de mármol para la Catedral con la condición de que la estatua de tamaño natural de Santiago peregrino y el propio altar con su bajo relieve ostentando las armas jacobeas, se hiciera según su voluntad y estricto diseño. No olvidó el prelado ordenar un hermoso altar de mármol para el engrandecimiento del culto a la virgen de la Caridad del Cobre en su santuario, reconocimiento indudable de la ascendencia y devoción que gozaba entre los cubanos.
En todo el siglo XIX se continuaron haciendo esfuerzos para evitar su decadentismo, la procesión que conducía la imagen ecuestre y el Pendón, desde el Ayuntamiento hasta la catedral, continuó saliendo cada año en las décadas subsiguientes, incluso en las etapas de confrontación bélica hispano-cubanas entre 1868-1878 y 1895-1897, a pesar de que la mayoría de los Santiagueros albergaban criterios contrarios al régimen colonial.
La estatua ecuestre del santo siguió recorriendo el espacio Santiaguero hasta que el ayuntamiento en 1890 suprimió el presupuesto mínimo con que contaba la fiesta del día de Santiago Apóstol y no se realizó el paseo acostumbrado. En un periódico El Triunfo de aquel año, el periodista con el pseudónimo de «El espirituano», se explayaba en justificar la indiferencia del pueblo por la fiesta de Santiago Apóstol diciendo, que éstas podían ser aceptadas de buen grado por los hijos del país, si no fuera por la condición de inferioridad en que se les mantenía, «y que si celebramos las glorias peninsulares en prueba de amor á la Nación Española, los nacidos allende tampoco escatiman, su participación en todos los regocijos que tienden á exaltar el tributo que rendimos á nuestras glorias regionales.» o lo que es lo mismo, los españoles debían participar con entusiasmo en las festividades de carácter cubano, tales como la del 8 de septiembre, día de la virgen de la Caridad del Cobre.
La diputación provincial propuso encargarse de los gastos del rito del Santo patrono, no parece haberse aceptado por el Ayuntamiento, ya que siguió de anfitrión: después de las 21 salvas de las baterías situadas en Punta Blanca, se inició la última función en 1897.
Emilio Bacardí, a este patriota le debemos la criollización e identificación con el Santiaguero del Santo Patron Santiago Apóstol en nuestros días. Hombre sensible a su cultura santiaguera, el primer alcalde Emilio Bacardí y Moreau, mecenas y patriota, en el propio año de 1899 y durante la ocupación norteamericana, se interesaría por rescatar la transhumante estatua ecuestre del apóstol Santiago.
Una vez concluida la dominación de España sobre estas tierras perdía su razón de ser original, para gozar del valor que había ido conquistando la imagen del guerrero montado sobre el caballo blanco por las calles de la ciudad, los días de su onomástico en el transcurso de los siglos. Quiso Bacardí conservarla en el Museo que se había propuesto crear, convertido en santuario de cubanía.





Santiago a caballo había terminado por ser un símbolo de identidad del santiaguero, por su hidalguía, por su rebeldía, por su intransigencia, que proliferó en los carnavales a muchos años remonta la costumbre de salir en los carnavales hombres disfrazados como centauros de trapos (los caballitos) bailando al ritmo de una orquestica típica por las calles de la ciudad.









La iglesia católica mantuvo hasta nuestros días el culto a Santiago el Mayor (la imagen que se presenta no es la ecuestre sino la del peregrinó), durante los días 25 de julio de cada año, en atención a su condición de patrono de la archidiócesis y de la ciudad […].









En 1915 los veteranos de la Guerra de Independencia escribieron al papa Benedicto XV pidiendo que proclamara Patrona de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre. El 10 de mayo de 1916, el papa Benedicto XV declara a la virgen patrona de Cuba. El papa Pío XI autorizó la Coronación Canónica de la sagrada imagen. Es en la mañana del 20 de diciembre de 1936, cuando se realizó la coronación por el entonces obispo de Santiago de Cuba, Monseñor Valentín Zubizarreta.(imagenes del acto de Coronación Canónica en la Alameda Santiaguera).






Una delegación de la Iglesia Católica de Cuba, encabezada por varios obispos de la isla estuvo presente en la ceremonia de instalación esta imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre en los Jardines del Vaticano.
Se trata de una réplica de la imagen hecha en bronce, que fue colocada en la Ermita de la Bahía de Nipe, a principios de los años 50 del siglo XX. La ermita marcaba el lugar donde en 1612, tres buscadores de sal hallaron la imagen de la Patrona de Cuba flotando sobre las aguas, sobre una tablilla en la que se leía: «Yo soy la Virgen de la Caridad».
Referencias: Olga Portuondo Zúñiga. Santiago Apóstol en la intimidad del santiaguero. XIV Encuentro de Latinoamericanistas Españoles: congreso internacional, Sep 2010, Santiago de Compostela, España. pp.852-865. halshs-00530551