lunes, marzo 13, 2023
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Mausoleo a José Martí: el homenaje eterno al más grande de todos los cubanos

El Mausoleo de José Martí es la obra Arquitectónica y Escultórica más importante del Cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, cementerio inaugurado en febrero de 1868 y donde el 22 de abril de ese propio año tienen lugar los primeros enterramientos, fue el tercer camposanto oficialmente utilizado en Cuba, luego de los de Cementerio de Espada, Cementerio de Colón, es el lugar donde reposan una buena parte de la historia pasada y presente de los hijos de Santiago de Cuba, allí en la quietud y el silencio de más de sus ocho mil tumbas y otras construcciones que forman parte del patrimonio de la ciudad y de la Nación.

El Cementerio Santa Ifigenia en la ciudad de Santiago de Cuba debe su nombre a Santa Ifigenia o Santa Efigenia de Etiopía, Español: Efigenia; Portugues: Ifigênia una santa de la Iglesia copta y la Iglesia católica, una de las responsables de la diseminación del cristianismo en Etiopía.
El nombre es de origen egipcio y significa “madre fuerte”. Efigenia,era hija del rey etíope Egipo a principios del siglo I.
Es festejada el día 21 de septiembre, fue dedicada a Dios por San Mateo el Apóstol.

Santa Ifigenia.

El Cementerio de Santa Ifigenia es Monumento Nacional desde 1979, por el rico arsenal histórico, arquitectónico y cultural que atesora.
Nombres de hombres muy ligados a la historia de lucha por la libertad del pueblo cubano aparecen en los registros de la necrópolis, como José Martí, José Maceo y Carlos Manuel de Céspedes, Emilio Bacardí.
También se erigen auténticos monumentos a la memoria de ilustres mujeres, entre ellas Mariana Grajales, la madre de los Maceo; María Cabrales, esposa del Antonio Maceo, y Elvira Cape.
El Cementerio Santa Ifigenia no sólo guarda historia, guarda monumentalidad y fastuosidad, es una de las mayores colecciones a cielo abierto de valiosas y originales obras de arte de granito y mármol Italiano de Carrara lo cual le imprime un incalculable valor.

Imagenes del Cementerio Santa Ifigenia tomadas por José Roberto Loo Vázquez.

Entre todos sus grandes valores históricos está el más significativo y trascendental, “El Mausoleo”, dedicado al Apóstol de la Patria por independencia de Cuba José Martí, el máximo representante de propagar y divulgar no solo en Cuba sino en el mundo, los ideales de la lucha de los Cubanos contra el Colonialismo Español, lucha por la cual ofrendó su vida.

El Mausoleo dedicado al Apóstol de la Patria por la independencia de Cuba ,José Martí.

Para poner en contexto los acontecimientos tenemos que remitirnos a la larga historia de los cinco entierros de José Martí desde Aquel 20 de mayo de1895 exactamente a las 2:48 de la tarde en el Cementerio de Remanganagua sin ataúd hasta un inolvidable 30 de junio de 1951 cuando fue saldada la deuda que tenían los cubanos con el Maestro, realmente es un tema apasionante pero extenso, es por eso que hoy me remito a contarles la historia a partir del 10 de Octubre de 1898 cuando son enterrados los restos del Apóstol en el nicho 134 del Cementerio de Santa Ifigenia y tapiados con una pequeña lápida de mármol blanco, lo que es considerado su segundo entierro.


Momentos en que la Patria se encontraba ocupada militarmente, por segunda vez.
El Ayuntamiento de Santiago de Cuba había decidido de acuerdo con una disposición sanitaria, demoler los nueve nichos de la galería sur del Cementerio General, dado su avanzado estado de deterioro, y entre ellos el identificado con el número 134 contenía los restos de Martí.
En atención a ello el coronel del Ejército Libertador Federico Pérez Carbó, gobernador civil de esa localidad, concibió y promovió la idea de respetar aquel nicho y construir en el lugar un modesto monumento hasta que pasasen los aciagos días que vivía la República y su pueblo agradecido pudiese erigirle un mausoleo digno a su memoria.
Para acometer dicha obra debía procederse a la exhumación de su cuerpo para depositar su osamenta en una urna metálica que la conservaría a perpetuidad. Quienes asistieran al cortejo podrían observar los remanentes de su organismo, contenido en el ataúd y serían testigos del más solemne y emotivo homenaje en su memoria.
Ante la más valiosa reliquia del patrimonio martiano y de la nación, los hijos de su tierra amada le rendían el homenaje que se le debía desde aquel 19 de mayo de 1895, y procedían a depositar sus restos en la caja de plomo, junto a una copia del acta escrita en pergamino que, aislada dentro de un tubo de cristal con la leyenda “MARTÍ”, quedaron sellados herméticamente y depositados luego dentro de un arca de caoba con igual inscripción.
A partir de aquella fecha y hasta el 21 de octubre de ese propio año, se levantaría alrededor del nicho 134, el primer monumento ante su tumba, el tercer entierro del Apóstol tendría lugar el 24 de febrero de 1907.
El modesto mausoleo de estilo jónico por el capitel que remata la columna que soporta el busto, de aspecto sencillo y elegante, que en su interior llevaría como póstumo recuerdo un ramo de flores y una bandera.


El busto de José Marti fue la obra del escultor italiano Ugo Luisi, la materialización de este empeño fue a solicitud de las Maestras del Colegio Spencer, a sabiendas de la presencia del artista europeo en Santiago de Cuba, vieron la posibilidad de ver concretadas sus deseos de un busto del Apóstol para el modesto mausoleo, se le entrega una foto de Marti a su regreso. Tiempo después llegaría al puerto de Santiago de Cuba un barco de Italia con una caja destinada a las Maestras del Colegio Spencer, para sorpresas de ellas su contenido era el busto del Maestro, recibido con alegría por todos los martianos que vieron al fin hecho realidad sus sueños. Poseedor de una fina calidad artística, el Busto de José Martí se conserva y preside una de las Salas del Antiguo Ayuntamiento de Santiago de Cuba.
En el Templete fue donde reposaron sus restos por aquella época en el campo santo Santiaguero, hasta que se construyó el actual Mausoleo, los años transcurrieron y el Templete era solamente visitado en las fechas históricas.

Ahora los quiero convidar a rememorar juntos las razones y los hechos que precedieron en la historia, al cuarto y quinto entierro de José Martí en el Cementerio de Santa Ifigenia De Santiago de Cuba y a la construcción del Mausoleo que guarda los restos del más grande de todos los Cubanos, el Apóstol de la Patria José Martí.
El 3 de diciembre de 1943, en conmemoración al Día del Médico, un grupo de afiliados se dirigió al cementerio local con interés de depositar una ofrenda ante la tumba de Felipe C. Hartman, prestigioso médico de la ciudad, observando que en la necrópolis se habían construido fastuosas bóvedas y panteones, sin embargo se mantenía el Templete, una tumba muy sencilla que era donde reposaba Martí.  Como resultado de la impresión de ese día, emitieron un juramento, hacer todo lo posible para levantar un mausoleo que fuera digno del Apóstol.

En Diciembre del 1943 varias personalidades del Club Rotario acuerdan constituir el comité “Por una Tumba digna para el Apóstol”, entre ellas el futuro Alcalde Luis Casero, el presidente del comité fue el Dr. Felipe Salcines.
El día 10 de mayo de 1944, “El Diario de Cuba” dio a conocer públicamente la reanudación de las gestiones rotatorias encaminadas a la obtención de un nuevo panteón a José Martí en el cementerio Santa Ifigenia.  Como presidente de la comisión fue elegido Felipe Salcines, tesoreros Joaquín Zufferry y secretario Miguel Miquel. El presupuesto para la obra se obtuvo de una peseta por cada ciudadano y bonos por distintas cantidades. A pesar del empeño y la dedicación demostrados por los comités creados, la recaudación de fondos era insuficiente, circunstancia que lleva a Guido García Inclán a escribir y publicar en «Prensa Libre», en enero de 1945, su «Carta abierta al Congreso de la República», donde esgrime los nobles ideales que fundamentan el dicho proyecto, llamando a la conciencia de los cubanos patriotas y pidiendo la colaboración para hacer realidad tan digna obra. Inspirado por la arenga de García Inclán, el senador villaclareño Elio Fileno de Cárdenas presenta una proposición de ley al Senado, donde se solicita un crédito de 100 000 pesos para erigir el mausoleo de José Martí. Su presentación y aprobación sería el 19 de febrero de 1945, pero tendría que esperarse hasta el 25 de octubre de ese año, para hacerse firme. 
El presidente Ramón Grau San Martín, junto al primer ministro Carlos Prío Socarrás, rubrican El Patronato, ley No.12, que además de conceder el crédito para erigir un mausoleo a José Martí, establecía de dónde serían obtenidos los fondos. En el artículo 3 de la ley dejaba en claro los encargados de la tarea al indicar: 
“Dicha cantidad será entregada a un Patronato que radicará en la ciudad de Santiago de Cuba y que tendrá a su cargo la construcción de dicha obra, pudiendo obrar al efecto en la forma que estimara conveniente, con la sola limitación de que una vez terminada su misión rinda cuenta al señor Ministro de Hacienda”.

El 19 de marzo de 1946 se realiza en la capital una reunión en el despacho del Ministro de Hacienda; donde se encuentran Felipe Salcines Morlote, Gido García Inclán y Elio Felino de Cárdenas los cuales reciben el cheque por la suma adjudicada.
Transcurridos varios meses, el 8 de noviembre de 1946, una comisión de integrantes del comité “Por una Tumba Digna del Apóstol Martí”, visita la redacción del Periódico “Diario de Cuba”, para dar a conocer que ya estaban listas las bases para el concurso. El día 13 de enero de 1947 se reunía en los salones del Palacio Provincial el jurado, el miércoles 15 de enero de 1947 son seleccionados 5 de los anteproyectos y se procede a abrir los sobres que contenían la identificación de los equipos de trabajo participantes.

Estudiados detenidamente todos los casos, se procedió a una votación eliminatoria que solo permitió el paso a la discusión por el primer lugar a los proyectos presentados por los arquitectos Jaime Benavent y Rodulfo Ibarra y el escultor Oriental Mario Santi.
Terminado el análisis y vistos todos los aspectos necesarios los miembros del jurado determinan otorgar por mayoría el primer lugar al proyecto del dúo Benavent y Santí.
El «Diario de Cuba», en su edición del miércoles 7 de mayo hacía público el dictamen del jurado del concurso «Por una Tumba Digna del Apóstol Martí», que los premios consistirían en:
Para el primer lugar 1000.00 pesos en efectivo, Medalla de oro y Diploma, junto con la responsabilidad de la dirección técnica y artística de la obra.
Para el resto de los premiados: 500.00 pesos, Medalla de Plata y Diploma para cada uno.
Definición del proyecto ganador, en la parte superior tiene forma hexagonal y en cada arista una cariátide representando las 6 antiguas provincias de Cuba, cada una expresa lo más importante de ellas, en lo político, económico o social. En el interior, en la misma posición que las cariátides están los escudos de estas provincias.
Comienza la construcción del mausoleo, el 19 de Mayo de 1947 se coloca la primera piedra.

El 8 de Septiembre se procede al traslado al “Retablo de los héroes” los restos de Marti, considerado el cuarto entierro.

Las obras avanzaron lentamente, un período que duró desde el 1947 hasta el 1951.

Poco a poco, piedra tras piedra y tallado se conformó la estructura del mausoleo y la escultura de Marti, así quedo preparado para su inauguración.

El 29 de Junio de 1951 a las 2:00pm se reúnen los miembros del Comité “Por una tumba digna del Apóstol” en el Retablo de los Héroes. Del Retablo la urna fue llevada al Palacio Provincial, donde permaneció en capilla ardiente hasta el día siguiente día, a las dos de la tarde se realizó la última guardia de honor.

El 30 de Junio de 1952, se recoge la urna y parte el cortejo funebre hacia el Cementerio Santa Ifigenia con los restos del Apóstol.

El 30 de junio de 1951 fue inaugurado el mausoleo por el presidente de la República Carlos Prio Socarrás, asistiendo además varias personalidades entre la que se encontrarían Eduardo Chibás, Juan Marinello, Ramón Grau San Martín además del cuerpo diplomático acreditado en el país.

Una vez más, les invito a conocer las particularidades y significado de las partes que componen la Estructura del Mausoleo, constituye un conjunto arquitectónico de 26 metros de altura y 86 de largo, incluidos la cámara funeraria y áreas exteriores,en su parte frontal, consta de una calle peatonal ancha de mármol que comunica el exterior de la necrópolis con el monumento y que lo atraviesa hasta los límites posteriores del terreno.
Este eje direccional de comunicación esta enmarcado por un conjunto de 28 monolitos que representan los 28 campamentos donde estuvo José Martí cuando participó en la guerra desde su desembarco por Playitas el 11 de abril hasta su caída en Dos Ríos el 19 de mayo de 1895. Cada monolito tiene en su interior el nombre del campamento y un pensamiento martiano y la disposición y altura permiten al caminar por la calle una perfecta lectura de estas inscripciones.

Imagenes del Cementerio Santa Ifigenia tomadas por José Roberto Loo Vázquez.

En el interior del mausoleo, en el centro se encuentra la cripta funeraria que es de bronce y dentro guarda un cofre del mismo metal donde reposan los restos del apóstol, que descansan sobre un puñado de tierra traído desde todos los países de América poniéndose de manifiesto otro de sus más grandes pensamientos.
El volumen principal tiene forma de hexágono y en cada una de las esquinas 6 figuras escultóricas en forma de Cariátides y de 6 metros de altura, en posición hierática, portando atributos significativos de las 6 provincias del país de la antigua distribución político administrativa, y de esta manera se expresa el tributo nacional a la figura del Maestro.
Cada figura está vestida con una larga túnica plegada, en la que resalta a la altura del pecho, el blasón provincial reafirmativo de su representatividad. La cabeza hermosa y firme, con la frente limpia y los cabellos atrás sobre los hombros, ceñidos a ellos una sencilla diadema. Estas serenas y majestuosas cariátides con sus miradas perdidas en el infinito, hacen pensar en celosas guardianas del alma de la patria.

De arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, las Cariátides Desde Oriente hasta Pinar del Río.

En este recinto están presentes los escudos de América colocados en orden alfabético. El Escudo Nacional se encuentra al centro y sobre la cara de un pedestal que sirve de fondo a la urna vista desde la entrada de este recinto. No están presentes los escudos de Puerto Rico por ser colonia de los Estados Unidos, así como Jamaica y Canadá por estar entonces bajo la dominación inglesa.
Por encima de las cariátides y a una altura de 23.56 metros, se encuentra el lucernario el cual posibilita la entrada de luz natural durante el día, y en determinados horarios da paso a los rayos solares para que se reflejen directamente sobre la urna funeraria, lo que da respuesta al deseo Martiano de «morir de cara al Sol».
El deambulatorio permite tener una estrecha relación con una escultura de Martí, sentado con lápiz y papel en mano, en actitud meditativa y concentrando su atención en la obra y en la infinitud de sus ideales.

Por fuera del deambulatorio aparece un pasillo circular que en parte sirve de último descanso de la escalinata que conduce a este nivel y el resto de dicho pasillo queda a modo de voladizo por lo que se convierte en tribuna desde donde se pueden dar discursos hacia la plazoleta (camino de mármol que antecede al monumento).
La urna es de bronce de 51 1/2 cm. de largo, 27.5 cm. de ancho y 31.5 cm. de alto con una camiseta de metal amarillo de la forma interior de la urna, que fue confeccionada por el mismo artista que tubo a su cargo la ejecución de las obras de monumento, tiene forma pentagonal para lograr que Martí descanse sobre la estrella solitaria, está cubierta con la bandera cubana y un ramo de flores cumpliendo su deseo expreso en sus «Versos Sencillos».
Resulta de mucho interés la forma en la cual fue construido el mausoleo, de manera que, en los días de lluvia, el agua penetra por la escalinata del fondo y del frente y al chocar estas dos corrientes nos remite a Dos Ríos, lugar donde cayera en combate el Apóstol.

La escultura de José Martí, hecha en mármol italiano de Carrara, que por ser blanca sin vetas simboliza la pureza de los ideales de Apóstol. Está ubicada en el deambulatorio, se encuentra de frente al este por donde nace el Sol en el oriente de la isla.
El escultor de la pieza el Oriental Mario Santi presenta a Martí sentado sobre una peña y escribiendo sobre su rodilla izquierda, con lo que representó al maestro, poeta, escritor, periodista e intelectual, meditando y que se le ha caído una hoja de papel, demostrando al Martí preocupado por la situación de América.


En un entorno cubano se encuentra la escultura, al estar rodeada por los escudos de las antiguas provincias cubanas de Pinar del Río, La Habana, Matanzas,Las Villas, Camagüey y Oriente con sus principales renglones socioeconómicos de esos territorios.

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